8 de maig 2013

fábula: explicando el especulador financiero y la crisis de una tacada





Más allá de las montañas, ya hace mucho tiempo, llegó a un pequeño y lejano pueblo, todo un señor, bien vestido, de los que se dice "con pedigrí". Se instaló en la única posada que había, y puso un aviso en una página del periódico local, indicando que estaba dispuesto a comprar cada mono que le trajeran por $10.

Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazarlos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a $10 cada uno sin chistar.

Ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos iban perdiendo interés, entonces el hombre ofreció $30 por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.

Nuevamente, fueron mermando los monos, buscarlos y cazarlos era una tarea más árdua, y el hombre elevó la oferta a $100, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.

Llegado a este punto, el hombre ofreció $250 por cada mono, pero como era tan importante, tenia negocios que atender en la ciudad, dejó a cargo de un intermediario ayudante el negocio de la compra de monos.

Una vez que viajó el hombre a la ciudad, "el intermediario" se dirigió a los campesinos diciéndoles: Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. A cambio de una comisión yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por $150, y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los pagará por $250 cada uno.

Los campesinos, ávidos de riqueza, vieron su gran oportunidad de oro financiera, sin pegar ni golpe, menuda inversión. Juntaron todos sus ahorros, más lo que habían ganado con los monos. Algunos pidieron préstamos al pueblo vecino. Se decía que quien más comprara mas invertiría en futuras ganancias, que fácil. Compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del "gran hombre de negocios".

Ocurrió que desde ese día, no volvieron a ver ni al intermediario ni al jefe. Lo único que vieron fue una jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida, y que ni tan solo se atrevían a soltar por la esperanza que viniera otro comprador de monos, que nunca llegará, pues el negocio NO estaba en los animales, sinó en ellos. A esto le llamaron: "crisis financiera".

Monkey for Nothing